miércoles, 28 de julio de 2010

Segunda etapa

Despues de la noche infernal aunque, reconozcámoslo, en un sitio fantástico, decidimos por fin abordar las autopistas francesas. Son caras, pero de verdad que merecen la pena: superbien mantenidas, puedes ir a buena velocidad, las zonas de descanso y las gasolineras están limpísimas, con zonas para sentarte a comer, agua potable fresquita, baños y en las estaciones de servicio hay unas máquinas de café... mmmmmm, una delicia: cafés enormes por 1,50€, capuchinos con avellana, vainilla o caramelo... una pasada.

La pena fueron las ciudades, que no las ves al pasar porque están muy protegidas por vallas y arbolados, así que no vimos prácticamente nada de Burdeos, Poitiers, Tours, Lille o Paris.

Curiosamente en Paris descubrimos que existen personas con el gen Barakaldés de la tonteria al volante (yo personalmente creo que las pelis de Taxi han hecho mucho daño en el país), solo que hechas con cochazos de verdad y con bastante más pericia.

Nada más pasar París y siendo ya casi de noche, decidimos parar en un área ha dormir. Un sitio muy bonito y muy tranquilo... ¡a menos de 20 metros de la autopista! Lo más curioso: cuando nos levantamos por la mañana 10 metros por detrás de nosotros estaba aparcada pasando la noche una furgoneta igual que la nuestra (blanca) con matricula de Bizkaia (de un concesionario de Amurrio). Que cosas.

Ahora que ya estamos en un camping intentaré contar todo lo que nos ha pasado, pero dadme un par de días y no os arrepentiréis.

1 comentario:

  1. Me alegro de que, tras el desastre inicial, hayáis recuperado comba. Y lo de la furgoneta de Amurrio, pues no me extraña... al fin y al cabo seguís en las afueras de Bilbao.

    Pasadlo muy bien... un abrazo desde Bilbao.

    ResponderEliminar