sábado, 31 de julio de 2010

Tercera etapa

Como dirían mis adorados Vicisitud y Sordidez: post ÉPICO.

Cuando no levantamos por la mañana del tercer día de viaje no sabíamos que ibamos a cruzar tres fronteras y que terminariámos haciendo turismo por un pequeño pueblecito alemán fronterizo.

Me explico. Nos levantamos por la mañana habiéndo dormido de puta madre y con la perspectiva de hacer muchos kilómetros y, a poder ser, quedarnos cerquita del ferry (con el que cruzaríamos de Alemania a Dinamarca) antes de echar el campamento. Pero el destino nos reservaba una pequeña sorpresa.

El día empezó bien, madrugamos y llegamos rapidamente a Lille. Y cruzamos la frontera con Bélgica. Tengo videos que atestiguan todos los pasos fronterizos, pero no los pondré aquí: son un peñazo. Solo se vé carretera y una señal que más bien parece un anuncio de Eurovisión. El Bélgica las carreteras son una mierda y a los conductores parece que les han regalado el carnet en una tómbola. CAda vez más camiones. Nada remarcable; las areas de servicio pobretonas y sin fuentes. Fuímos dirección Gante (si no me falla la memoria) y cruzamos la frontera con Holanda.

Más de lo mismo, pero un trozo del camino lo hicímos por una carretera comarcal y las zonas rurales, los pueblos pequeñitos nos parecieron bastante monos. Al igual que en Francia, pasar ciudades es no enterarte: vallas, árboles y variantes que pasan a kilómetros literalmente del núcleo urbano (igualito que en casa, ¿eh?).

A media tarde empiezan los problemas, porque sin ninguna razón aparente se enciende la luz de la bateria de la furgoneta. Los que hayais hablado con nosotros últimamente sabreis que una parte importante de la inversión aconómica del viaje se fué en una revisión exaustiva y una serie de arreglos para el coche. Una de nuestras prioridades era que no hubiese peligro de quedarnos tirados en la carretera. Así que cuándo la dichosa lucecita apareció se juntaron la preocupación con el cabreo (puesto que la revisión nos había costado un dineral). Paramos en dos ocasiones para intentar averiguar que podía ocurrir, pero no sacamos nada en claro. La batería del coche sólo tiene 2 años y es buena, vamos, de marca. Así que no tenía mucho sentido que estuviese estropeada.

Como ya estabamos muy cerca de Alemania e híbamos camino de una ciudad de tamaño mediano decidimos seguir hasta esta y allí pensar en que hacer.

Los últimos 10 km fueron horribles. El coche andaba, si, pero parecia que se hubiese vuelto tarumba. Al cambiar de marchas la aguja del velocímetro empezaba a bailar arriba y abajo, si poníamos un intermitente se encendía el aire acondicionado, encendíamos las luces de cruce y se apagaba la radio... en fin, os lo podeís imaginar. Al final ya nada funcionaba, la aguja del velocímetro no marcaba nada y el cuentakilómetros dejó de contar. Cuando aparcamos en en pueblo de Mappen la furgoneta ya no arrancaba, no se encendían las luces, no teníamos intermitentes, etc.

El seguro tenía cobertura europea, no era un problema. El problema era explicar donde estábamos, porque no lo sabíamos. Así que el señor marido llamó al seguro y habló con una telefonista, que a su vez llamó a un enlace en Alemania, que a su vez llamó al club europeo de conductores (que era el que nos cubría), que a su vez llamó al taller de guardia más cercano (a las 8 de la tarde en Alemania, casi todo cerrado); y despues vuelta otra vez hasta el Señor Marido. Esto tres veces hasta aclarar donde estábamos.

Al final todo fue bién, porque uno de los chicos que vinieron con la grúa hablaba inglés y rápidamente supieron que le pasaba al coche, lo llevaron a su taller y nos hubicaron en un hotel.

Al levantarnos por la mañana no teníamos ni idea de qué iba a pasar, por que nos habían dicho que la duración de la reparación dependería de si podían encontrar la pieza. Arreglarlo no llevaría más de un día, pero la pieza... A las 11 nos digeron que estaban buscándola y que llamasémos otra vez a las 2 y media. Dimos un paseo por el pueblo (encantador por otra parte, con sus canales y todo, y mogollón de bicis) y al volver al hotel nos digeron que a las cuatro y media venían a buscarnos porque el coche... ¡ya estaba arreglado! y sólo faltaba probarlo.

¿Eficiéncia alemana o sólo ganas de trabajar? Creo que nunca lo sabremos.

1 comentario:

  1. Dentro de la mala suerte de la avería, al menos tuvisteis suerte de que lo arreglaron pronto... Eso sí, los que os revisaron el coche se lucieron...

    Por lo demás, incluso con inconvenientes, pedazo de envidia de viaje. Cada vez que pones un post se me ponen los dientes larguísimos XD

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